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Response from the Center for Reconciliation / Reacción del Centro Para la Reconciliación

In English / En inglés:
The Center for Reconciliation celebrates the lives of Ahmaud Arbery, Breonna Taylor, and George Floyd in all their fullness, beauty, and complexity, along with all those murdered by white supremacy. We deeply grieve their loss, and we deeply grieve the insidious persistence of racism and racial violence throughout the fabric of American law, culture, and society. We cannot bring them back from the dead and restore them to their families and friends, but we can raise our voices. 
  
With this in mind, we call for a lived, present-day commitment to full equality, justice, and love for everyone, including advocacy for the passage and implementation of anti-racist policies and laws. With full equality, justice, and love, we believe, will come true reconciliation of the human family. To create that world, we must peacefully transform this one, and we stand proudly and immovably alongside all those working to do so.  
  
Ahmaud Arbery, Breonna Taylor, and George Floyd deserve to be honored and mourned as the unique and utterly irreplaceable individuals they were. Their deaths, however, fit into a much greater and deeply disturbing pattern—the pattern, created by the foundational American institution of race-based chattel slavery, of treating Black lives and Black bodies as criminal, disposable, and outside of the human family. 
  
We also feel compelled to address and condemn what occurred in an Audubon-protected area in New York’s Central Park this past week. Two unrelated people—a black man, Christian Cooper, and Amy Cooper, a white woman—were involved. Thankfully their interactions did not result in anyone’s direct involvement with law enforcement, or worse, with anyone’s death. However, the words and actions of Ms. Cooper of (1) telling Mr. Cooper she was going to call the police on him and (2) actually calling the police and falsely claiming that he threatened her, speaks volumes to an implicit belief or manifestation of her “white privilege.”  
 
Our country has witnessed too many reports of Black men being falsely accused of committing crimes by white people of all genders for a host of unknown reasons. Yet to blame the race and gender of the true victims, Black men, is rooted in a mindset that accepts a fictional narrative of a predisposition to commit crimes. 
 
Some may find comfort in viewing America as propelled by a quest for freedom for all, from the early days of religious liberty and onward through the realization of societal, political and economic freedoms. Yet, as history demonstrates, this discourse has existed throughout the centuries alongside brutal forms of repression, inequity and social dominance rooted in racism.
 
This pattern has continually taken on new legal and extralegal forms, including lynching, the laws of the Jim Crow era, de jure and de facto segregation, and our current crises of mass incarceration of and police brutality against people of color. While the tireless, dangerous, and often unacknowledged work of countless brave individuals has led to progress from both a process and a policy perspective, our country’s failure to honestly address and have a results-driven conversation about racism and racial violence continues to disrupt our realization of a more just and free society.  
  
We call for a profound recognition of the history and many legacies of race-based slavery—including these deaths—by everyone. Racially motivated, systemic, and institutional murder and brutality cannot be tolerated, and must be acknowledged and confronted…now. 
  
The Center for Reconciliation Board and Staff
 
Bishop W. Nicholas Knisely, chair
The Rev. Dr. David A. Ames, vice chair, pro tempore
Imam Farid Ansari
The Rev. Patrick Campbell
Edward C. Clifton, Associate Justice (Ret.)
James DeWolf Perry
The Rev. Nathan Humphrey
Ferdinand Jones, Ph.D. Professor Emeritus, Brown University
Rabbi Sarah E. Mack
Robert P. Naparstek, MD, FACOEM
The Rt. Rev. Dr. Jeffery A. Williams
Joe Wilson, Jr.
 
Debra Sharpe, Executive Director 
Julia Renaud, Exhibition Manager & Curator
 

 

In Spanish / En español:
El Centro Para la Reconciliación celebra las vidas de Ahmaud Arbery, Breonna Taylor, y George Floyd en toda su plenitud, hermosura y complejidad, tanto como todos los asesinados por la supremacía blanca. Lamentamos profundamente su pérdida y lamentamos la persistencia insidiosa del racismo y la violencia racial por toda la estructura de las leyes, culturas y la sociedad estadounidenses. No podemos reanimarlos de la muerte y restaurarlos a sus amigos y familias, pero podemos levantar nuestras voces.
 
Tomando esto en cuenta, les pedimos un compromiso con la plena igualdad, la justicia, y amor para todos vivido en la actualidad que incluye apoyo por el paso e implementación de políticas y leyes anti-racistas. Con plena igualdad, justicia y amor, creemos, vendrá la reconciliación de la familia humana. Para crear aquel mundo, tenemos que transformar éste, y nos unimos  firmemente y con orgullo al lado de los que trabajan para esta transformación.
 
Ahmaud Arbery, Breonna Taylor, y George Floyd merecen ser honrados y lamentados como los individuos únicos e irremplazables que fueron. Sin embargo, sus muertes caben dentro de un patrón más amplio y profundo—el patrón creado por la institución fundacional de los Estados Unidos que es la esclavitud basada en la raza, y el tratar a las vidas negros y cuerpos negros como criminales, desechables, y afuera de la familia humana.
 
También nos sentimos obligados a dirigirnos a y condenar lo que pasó en un área protegido por la sociedad Audubon del Parque Central de Nueva York la semana pasada. Dos personas no relacionadas—un hombre negro, Christian Cooper, y Amy Cooper, una mujer blanca—se involucraron. Afortunadamente sus interacciones no resultaron en ningún involucramiento con los cuerpos policiales, o aún peor, con la muerte de alguien. Sin embargo las palabras y acciones de la Señora Cooper 1) al decirle al Señor Cooper que iba a llamar a la policía sobre él y 2) en realidad llamando a la policía y alegando falsamente que la amenazaba, dice mucho acerca de una creencia implícita o manifestación de su “privilegio blanco.”
 
Nuestro país ha atestiguado demasiado reportajes de hombres negros acusados falsamente de haber cometido crímenes por gente blanca de todos los géneros por una serie de razones desconocidas. Sin embargo, el echar la culpa a la raza y género sexual de los víctimas verdaderos , los hombres negros, está arraigado en una perspectiva que acepta una narrativa ficticia acerca de quien tiene una predisposición para cometer crímenes.
 
Algunos pueden confortarse al mirar a los EEUU como impulsado por una búsqueda para la libertad de todos, desde los días tempranos de la libertad religiosa y adelante por la realización de libertades sociales, políticas y económicas. Empero, como demuestra la historia, este discurso  ha existido por todos los siglos  al lado de las formas brutales de represión, desigualdad, y dominio social arraigados en el racismo.
 
Este patrón continuamente ha tomado nuevas formas, ambos legales y extra-legales, que incluyen el linchamiento, las leyes de la época Jim Crow, la segregación de jure y de facto, y nuestra crisis actual del encarcelamiento masivo y brutalidad policial en contra de la gente de color.  Mientras que el trabajo infatigable, peligroso y a menudo no reconocido de un sin número de individuos valientes nos ha llevado adelante desde una perspectiva tanto de proceso como de política, el fracaso de nuestro país para enfrentar y provocar una conversación honesta acerca del racismo y la violencia racial continúa a trastocar nuestra realización de una sociedad más justa y libre.
 
Exigimos un reconocimiento profundo de la historia y los legados múltiples de la esclavitud basada en la raza—incluyendo estas muertes—por todos. El asesinato y brutalidad sistemáticos, institucionales, por motivos raciales, no se pueden tolerar, y se lo deben reconocer y enfrentar … ahora.
 
El Consejo Directivo y El Personal del Centro Para la Reconciliación
 
Bishop W. Nicholas Knisely, chair
The Rev. Dr. David A. Ames, vice chair, pro tempore
Imam Farid Ansari
The Rev. Patrick Campbell
Edward C. Clifton, Associate Justice (Ret.)
James DeWolf Perry
The Rev. Nathan Humphrey
Ferdinand Jones, Ph.D. Professor Emeritus, Brown University
Rabbi Sarah E. Mack
Robert P. Naparstek, MD, FACOEM
The Rt. Rev. Dr. Jeffery A. Williams
Joe Wilson, Jr.
 
Debra Sharpe, Executive Director 
Julia Renaud, Exhibition Manager & Curator